La combustión espontánea es el supuesto incendio del cuerpo de una persona sin una fuente de ignición externa fácilmente identificable. La combustión puede provocar simples quemaduras y ampollas en la piel, humos, o una incineración completa del cuerpo. Esta última es la forma más frecuentemente «reconocida» como combustión espontánea. Hay mucha especulación y controversia sobre la combustión espontánea. No es un suceso natural comprobado, pero muchas teorías han intentado explicar su existencia y cómo puede ocurrir. Las dos explicaciones más comúnmente ofrecidas para explicar las aparentes combustiones espontáneas son el fuego con efecto mecha y el provocado por la rara descarga estática, ninguno de los cuales es espontáneo. Aunque puede demostrarse físicamente que el cuerpo humano contiene suficiente energía almacenada en forma de grasa y otros tejidos para consumirse completamente, en circunstancias normales los cuerpos no sostendrán un fuego por sí mismos.
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