"Mi comandante me dio la orden de despegar en mi jet Sukoi-22 para disparar al objeto esférico porque estaba en espacio prohibido sin permiso y temíamos espionaje", dijo el ex militar. "Me acerqué y le disparé 64 obuses de 30 milímetros (...) algunos le pegaron de lleno, pero sin ningún efecto", (...) "el fuego hubiera destruido cualquier otro artefacto". "No tenía motores, ni tubos de escape, ni ventanas, ni alas o antenas, carecía de todos los sistemas típicos de un avión y no tenía ningún sistema visible de propulsión"
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